Visitar Vila Franca do Campo

1. Ilhéu de Vila Franca

Se trata de un antiguo volcán sumergido, cuyo cráter está por encima del nivel del mar. Debido a la forma del cráter, también se le conoce como el "anillo de la princesa". Durante el verano, es una zona de baño abierta a los visitantes, lo que permite disfrutar de una piscina natural protegida del feroz océano. Además, también es un famoso lugar para hacer esnórquel.

Como llegar al islote de Vila Franca

Hay que tomar un barco que sale del muelle de Tagarete (de junio a octubre). Es un viaje muy bonito de apenas 10 minutos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que hay un límite diario de 400 visitantes (y un aforo simultáneo de 200), ya que este islote es una reserva natural. Por lo tanto, es aconsejable planificar el viaje con antelación para asegurarse una plaza. Hay un número limitado de billetes reservados para su venta on-line y otros que solo se pueden comprar en taquilla.

2. Mirador do Senhora da Paz

Este mirador se encuentra en la cima de una colina, donde se asienta una hermosa capilla blanca, Nossa Senhora da Paz. Al subir por la larga escalera decorada con azulejos, se aprecia el encanto arquitectónico distintivo de este lugar de culto. Sin embargo, lo mejor de la visita son las impresionantes vistas al océano. Hay un cómodo estacionamiento disponible cerca, lo que permite disfrutar tranquilamente de las panorámicas y apreciar la belleza natural que lo rodea sin cansarse en exceso.

3. Pasear por sus calles

A lo largo de las estrechas calles empedradas de Vila Franca do Campo, descubrirás una fascinante mezcla de lo antiguo y lo moderno. En el corazón de la ciudad, la Iglesia de São Miguel es un magnífico ejemplo del barroco azoriano, con su fachada blanca y detalles de basalto negro. Cerca, el antiguo Convento de São Francisco y su museo adjunto alojan una asombrosa colección de arte religioso y tesoros históricos.

4. Comer y degustar su gastronomía

Una visita a Vila Franca no estaría completa sin probar la gastronomía local. En la zona, encontrarás numerosos restaurantes y tascas que sirven exquisitos platos. Te recomiendo el bacalhau à minhota (bacalao frito con pimentón) y el cozido das Furnas, que se cuece en la tierra caliente de la zona volcánica. Y para los amantes de los dulces, la famosa Queijada da Vila es una delicia imperdible: estos pequeños pasteles de queso y canela son una auténtica especialidad local. No hay mejor lugar para probarlos que en la fábrica donde se elaboran.

5. Fábrica de Cerâmica Vieira

Si te interesa la artesanía, también puedes visitar otra fábrica. Esta vez, de cerámica. Podrás ver a los artesanos trabajando y aprender sobre la tradición de la cerámica en las Azores. Y, por supuesto, podrás marcharte con alguna pieza única como recuerdo.

6. Jardim António Borges

Si buscas un lugar tranquilo para relajarte, este jardín es ideal. Es un espacio verde lleno de árboles y flores exóticas, bancos para sentarse y un pequeño estanque. Perfecto para hacerse un pícnic o simplemente descansar.

7. Playa de Água d'Alto

Con su amplia franja de arena dorada y aguas cristalinas, es ideal para disfrutar de un día de sol y mar. Y si te apetece un poco más de aventura, hay una serie de senderos de trekking que te llevan a través de la exuberante vegetación y te ofrecen vistas panorámicas inigualables.